El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo con distintos grados y manifestaciones, y causas tanto de tipo genético, biológico como ambiental.
Suele reconocerse en una fase temprana de la niñez, lo que es esencial para el diseño del tratamiento psicológico. Un diagnóstico temprano del TEA permite establecer un programa de intervención precoz que potencie las capacidades del niño y que compense sus dificultades, además de proporcionar información y orientación a los familiares. Aunque este tipo de trastorno persiste hasta la edad adulta, sus manifestaciones pueden modificarse en gran medida por la experiencia y la educación, por lo que el tratamiento psicológico es fundamental.